domingo, 12 de octubre de 2008

12- Leo Leyenda con Inés en su jardín

—Inés, ¡cuántas cosas que hemos vivido juntos en tan poco tiempo! —le dice Leyenda, tomándole la mano, sentados en los sillones del jardín de su casa.

—Sí. Bailamos en mi milonga y la milonga del Playón, hemos comido juntos, fuimos a ver el ensayo de la obra de teatro de Escribe Ya, saludamos a mi amigo Sin Rumbo… ¡Quién lo diría! Ahora Sin Rumbo es actor. ¡Qué orgullosa debe estar su madre! —le contesta Inés.

—Sí, es bueno que un verdadero guapo actúe en el teatro, porque, no es por criticar, pero me contaron que en ese ensayo hay actores que están todo el tiempo mirándose al espejo —dice, de pronto, Lila, la empleada, que se había acercado sin que ellos se dieran cuenta.

—¡Lila! ¡Usted siempre trayéndome chismes! Si los actores se miran en el espejo tendrán sus razones. Yo también me miro —le respondió Leyenda, muy digno.

—Sí, tiene razón, don Leo. Yo les traía el mate —le contestó Lila.

—Ah, muy bien, muy bien. Gracias —le dijo Leyenda, comenzando a cebar el mate.

—¿Algo más, don Leo? —le preguntó Lila.

—Sí, por favor, riégueme las plantas, que esta tarde no las voy a regar yo. Y tráigame la carnívora, que está en el escritorio, porque leí que en verano hay que ponerlas en un lugar soleado con un platito de agua debajo de la maceta.

—Sí, don Leo, yo el riego las plantas, ¿pero no me va a morder su carnívora? —le respondió Lila, con miedo.

—Claro que no, es inteligente y reconoce su alimento, si le pone la mano dentro de ella no se cerrará. Su mano, Lila, no es un insecto.

—Sí, eso lo sabemos usted y yo, pero ¿ella lo sabrá? —le respondió Lila.

—Sí, búsquela y tráigala. Tómela de la maceta, y no la toque, por las dudas —le dijo Leyenda.

—Sí, don Leo —le dijo, resignada, Lila.

—¿Por qué le tiene tanto miedo Lila a esa planta? ¿Es peligrosa? —preguntó Inés.

—No, no es peligrosa, es distinta, es carnívora. Ya la vas a ver cuando la traiga.

—Leo, ¡qué rica torta!, ¿quién la hizo? —le preguntó Inés, comiendo.

—Lila. ¿Te gusta? Lila cocina bien. Me trae chismes, pero es muy eficiente, no sé qué haría sin ella.

—Es muy difícil encontrar una empleada que limpie y cocine bien —le dijo Inés tomando el mate— yo no tengo. Me ocupo sola de la casa.

—Inés, muy pronto se terminará eso. Viviremos juntos —le dijo Leyenda.

—Leo, eso me haría muy feliz —le respondió Inés con mucho amor.

Vieron entrar a Lila con la planta carnívora. La llevaba con los dos brazos, extendiéndola cuánto podía, lo más lejos de su cuerpo. La depositó en un lugar soleado del jardín. Volvió a entrar a la casa, y salió al jardín, nuevamente, con un plato con agua, que depositó bajo la maceta.

—Aquí tiene su planta, don Leo —le dijo, en voz alta, a Leyenda.

—Gracias, Lila. (A Inés) Vamos a verla, te lo voy a presentar. Inés, Venus. Venus, Inés.

—Es muy linda —le dijo Inés a Leo, mirando la planta.

—Sí, gracias —le respondió Leo, con satisfacción.

—¿Por qué se llama Venus?

—Es el nombre común Venus atrapamoscas. Su nombre científico es Dionaea muscipula.

La planta parecía cómoda en su nueva localización. Inés y Leo, muy felices, salen, de la mano, a dar una vuelta por el barrio.

4 comentarios:

tia elsa dijo...

Mirá que bien, asique ya se perfilan los convites, si hacen una gran fiesta, espero me inviten, jajaja! me quedó en versito. Seguiré leyendo la historia de amor de don Leyenda con Inés. Besitos tía Elsa.

Mariela Torres dijo...

¡Pero claro que te van a invitar, Tía Elsa! Y si no te invitan, los voy a retar, vos seguís la historia, no puede ser que no te inviten.

Minombresabeahierba dijo...

las plantas son sabias para alimentarse: de mi post http://minombresabeahierba.blogspot.com/2008/09/el-lenguaje-de-las-flores-i.html
Venus Atrapagiles: Aquí es un alerta para caballeros que van a casa de una mujer muy bella,digamos una Venus. El hombre inteligente en éste lenguaje debe desconfiar y fijarse si en el jardín ó balcón no hay otra Venus...ésta temible planta carnívora que es igual a su dueña, llamada Dionaea Muscipula ó más conocida como Venus Atrapamoscas. El insecto o animal(el hombre) es atraído por su néctar dulce (cuantas veces nos habrá pasado!!! Attenti que ésta es la última oportunidad para escapar), se posa sobre ella y cuando roza la cerda (no a la chancha de la mujer!!!...las cerdas del borde!), se cierra automáticamente. Las espinas de los bordes impiden el escape....listo y termina digerido, es decir casado!. La presa dentro se mueve, y eso estimula la secreción de jugos digestivos para su desintegración, que dura varios años o décadas de matrimonio.
besos

Mariela Torres dijo...

Gracias, Minombresabeahierba, es un comentario muy apropiado para la historia. Besos.